“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Esta sea, seguramente, la cita que mejor combate la procrastinación. Si eres de las personas que prefiere dejar las cosas para más adelante, este post te va a interesar.
Cuando aplazamos las tareas importantes, nos provocamos a nosotros mismo un estrés innecesario. Además, esto se vuelve algo vicioso, y nos vemos inmersos en un círculo de procrastinación del que no sabemos cómo salir.
Pero no te preocupes, superarla es más fácil de lo que imaginas.
¿Qué es la procrastinación?
La procrastinación es la acción (que termina tranformándose en hábito) de retrasar actividades que deben atenderse con prioridad, sustituyéndolas por otras situaciones o actividades que nos resultan más cómodas o agradables.
Es muy probable que hayas vivido esta sensación. Tal vez tienes que terminar una tarea importante y, de pronto, hasta la lavadora se vuelve prioridad. Y es que la mayoría de nosotros vamos por la vida con infinitas tareas sin terminar, pues la procrastinación, según Akerlof, es un impulso natural de las personas.
¿Qué ocurre cuando procrastinamos? ¿Por qué lo hacemos?
Cuando posponemos una tarea, lo único que estamos haciendo es aplazar o alargar lo inevitable. Creamos así un círculo vicioso entre ansiedad y culpa que se retroalimentan, haciendo cada vez más grande la bola. Si sabemos que es negativo, ¿por qué lo hacemos?
– A veces procrastinamos porque sabemos que no va a tener una consecuencia negativa inmediata (aunque tarde o temprano pagaremos por ello): es más fácil, y no pasa nada, por quedarme viendo una serie hoy en lugar de ir a hacer deporte, por ejemplo.
– Otra de las causas es que pensamos que seremos más productivos en el futuro. Pero no. Tendemos a sobre-estimar nuestra productividad. ¿Cuántas veces hemos pensado: “No pasa nada porque lo voy a terminar mañana”? Y mañana tendremos otras tantas cosas por hacer, por ello no podremos acabar la tarea que teníamos pendiente.
– Otro de los motivos de la procrastinación es el miedo. A veces no hacemos algunas tareas por miedo a enfrentarnos a ella.
Círculo vicioso de la procrastinación
Este círculo vicioso está formado por tres etapas:
- La primera etapa es cuando te enfrentas a la actividad pendiente de hacer y no te sientes cómodo o te genera algún tipo de ansiedad.
- En la segunda etapa, y como reacción a la etapa anterior, el cerebro busca evadirse de la tarea principal con alguna otra labor. Por eso te pones a hacer cualquier otra cosa menos prioritaria.
- En la tercera etapa te haces consciente de que no estás haciendo lo que deberías, pero aún así buscas excusas o razones para autoconvencerte de que estás haciendo lo correcto y te hagan sentir mejor.
Y en este ciclo, es cuando aparecen los sentimientos de culpa y el estrés. Y es que procrastinar sólo trae consecuencias negativas (pérdida de ambición, no lograr las metas propuestas, genera mala reputación, etc), pudiendo incluso afectar a la autoestima y el estado de ánimo.
Ahora nos enfrentamos a la gran pregunta…
¿Cómo dejo de Procrastinar?
Cuando procrastinamos, dejamos de hacer una tarea importante para volvernos productivos en otra tarea. Por ello, la recomendación es que cuando te des cuenta de que vas a comenzar otra actividad para dejar de hacer la principal, ¡Párate! No hagas nada. No comiences otra actividad. Si no haces lo que debes hacer, entonces no estarás haciendo nada más en su lugar. Puede parecer una pérdida de tiempo, porque en ese momento no estás haciendo absolutamente nada, pero sirve para entrenar al cerebro a controlar esa tendencia de irse a hacer otra labor más superflua.
Además, debes trabajar la disciplina en tu día a día. La disciplina es una herramienta vital para acabar con las distracciones y poner fin a la procrastinación.
Más adelante, en otro post, hablaremos sobre algunos hábitos que mantener en tu día a día para lograr una mayor disciplina.
Recuerda que el mejor método anti-procrastinación es saber qué es la procrastinación genera consecuencias negativas para tu salud mental y para tu propio futuro. Sólo tienes que proponértelo y centrar todos tus esfuerzos en no abandonar tus tareas obligatorias. Ya lo dice una famosa marca, “Just do it” (Simplemente hazlo).